Márgenes de las carreteras, golpe al medio ambiente

Hace unos días, un colaborador habitual nos envió una serie de fotos para informarnos del estado de los márgenes de las carreteras de nuestra comunidad, un riesgo ineludible y bien visible para nuestro medio ambiente.

Allí por donde vamos, indistintamente qué sea autovía, carretera nacional o comarcal, no es nada complicado ver montones de residuos agolpados en los laterales o en las entradas de las rejillas de los sumideros.

Vemos desperdicios de todo tipo, podríamos hacer una lista interminable pero los que lamentablemente más abundan son botellas, latas y bolsas de plástico que son arrojados continuamente por un sin fin de conductores, demostrando que la educación en el siglo XXI está muy lejos de haber llegado a todas las clases sociales de nuestra sociedad.

Es impensable que a día de hoy haya una sola persona que pueda seguir tirando no una lata, sino la bolsa entera de basura por la ventanilla de un vehículo.

La basura y los componentes de las latas y plásticos que permanecen en estos lugares no sólo degradan el entorno medioambiental, terminan por descomponerse lentamente, filtrándose bien a través del agua que llega al alcantarillado, a los campos y terrenos colindantes o, simplemente, son restos contaminados que sirven como comida a los animales que viven en el entorno.

Ahora bien, al igual que somos conocedores que la Comunidad de Madrid tiene un servicio puntual de limpieza de carreteras, también sabemos que este sistema se dilata tanto en el tiempo que la imagen de suciedad y abandono se hace muy patente.

Al hilo de esta noticia, nuestro colaborador nos envió las fotos de una intersección transitada diariamente por miles de vehículos y que llevaba sin limpiarse más de ¡¡Un año!!

Curiosamente, pasados poco más de tres días de la fecha de las fotos, operarios de la comunidad procedieron a su limpieza. Adjuntamos las imágenes del antes y del después.

Apenas 3 días de diferencia entre una foto y otra

Tal y como aparece en la actualidad

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Creemos en las casualidades, y esta es una de ellas, pero resulta paradójico que en 365 días no se haya realizado una sola limpieza y de repente, se haga.

Tal vez tengamos que pedir a nuestros colaboradores que nos manden más fotos y así conseguir una mayor actuación en nuestras carreteras, aparte de una mayor concienciación por el medio ambiente de todos los conductores.

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