El plástico, ese enemigo silencioso

Queremos comentar diferentes artículos aparecidos en algunas de las más prestigiosas publicaciones a nivel mundial que se han elaborado en los últimos meses sobre la producción, control, utilidad y final que tiene el plástico en nuestra actual sociedad.

Basta comenzar diciendo que en cifras del año 2014, la producción mundial de plásticos se había triplicado desde 1990, llegando a los 330 millones de toneladas, y las expectativas de crecimiento es triplicar nuevamente hasta llegar a 1.000 millones de toneladas para 2050 (Fuente: World Economic Forum, 2016)

Si elegimos el ejemplo de las bolsas de plástico, la producción anual se estima cercana al trillón de unidades en todo el mundo, de ellas sólo se reciclan un 5% y el resto, al estar la mayoría hechas de polietileno, pueden llegar a tardar hasta 100 años en descomponerse.

Actualmente, los retos medioambientales que se plantean son procesar el 86% de los plásticos que no se reciclan y han terminado como residuos, el mayor ejemplo es el Mar de Plástico, que con una extensión cercana al tamaño de Texas se encuentra situado en el Océano Pacífico.

En el caso de los mares, según la Fundación Ellen McArthur, más de 8 millones de toneladas de plástico terminan en los océanos del mundo cada año, lo que significa en términos reales verter un camión de la basura cada minuto.

Reducir la aparente dependencia de la humanidad de los envases de plástico a base de hidrocarburos, así como reducir las masivas pilas de residuos que ya existen, puede parecer tareas insalvables.  Pero no todo son malas noticias, cada vez hay un mayor de empresas que están invirtiendo en encontrar soluciones a estos problemas, y no sólo por razones altruistas: el coste potencial de no hacerlo alcanza los miles de millones de euros al año.

Si tomamos como ejemplo que la mayoría de los envases de plástico se utiliza una sola vez; El 95% del valor del material de embalaje de plástico, vale al año entre 80-110 millones de euros, y a no ser una inversión que se recupere, directamente se pierde.

Además, los envases de plástico generan grandes daños para el medio ambiente, dichos daños han sido valorados de manera conservadora por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, superiores a 40.000 millones de euros.

Las buenas noticias vienen de la mano de la investigación y la innovación en este campo. Así, unprimer paso lo han dado las grandes compañías de fabricación de botellas de plástico y que son generadoras del problema, según un informe reciente publicado en el Financial Times, se han unido para invertir en la investigación sobre la posibilidad de cambiar la materia prima para fabricar botellas de agua mineral, y hacerlas a base de serrín o residuos de cultivos agrícolas.

Esta es una iniciativa, pero también hay otras muchas iniciativas a menor escala reportadas en todo el mundo. Un adolescente holandés, Boyan Slat, decidido a encontrar una solución viable al «problema imposible» de eliminar los residuos plásticos de los océanos, ha logrado reunir a un grupo de científicos e ingenieros financiados por multitudes, para trabajar en el problema.

La organización resultante – llamada The Ocean Cleanup – afirma que un despliegue a gran escala de sus sistemas se calcula que eliminará la mitad del ‘Great Pacific Garbage Patch’ en cinco años. Su sistema de tubos flotantes, guiados por electrónica solar, está diseñado para reunir los residuos a un punto concentrado para facilitar su extracción.

En España, una investigadora del Instituto de Biomedicina y Biotecnología de Cantabria encontró por casualidad que la oruga de la mayor polilla de cera (Galleria mellonella), puede comer polietileno y digerirlo más rápidamente que otros organismos.

Todavía no está claro si este descubrimiento puede conducir algún día a aplicaciones de eliminación de desechos plásticos a gran escala. Y como la polilla adulta es un parásito de la colmena, también plantea la cuestión de cómo controlar las poblaciones de oruga para no poner aún más presión sobre las poblaciones de abejas amenazadas en todo el mundo.

Otras ideas para reducir la cantidad de residuos de plástico de los vertederos alrededor de las ciudades ya han demostrado tener más éxito. En la India, un profesor de química ha desarrollado un proceso para incluir los desechos plásticos, así los residuos pueden reemplazar el 15% de betún más caro en la mezcla utilizada para asfaltar las carreteras.

La técnica no requiere conocimientos técnicos significativos o cambios en los procedimientos de su colocación en carreteras existentes. Ya se ha probado en la India, donde se han instalado más de 5.000 km de carreteras «plásticas».

Y en los Estados Unidos, un graduado en arquitectura ha ganado diferentes premios por su idea de granular residuos de plástico que de otro modo serían arrojados en vertederos y en su lugar incluirlo en una mezcla de cemento. El hormigón que creó es tan fuerte como el hormigón tradicional hecho con agregado completamente extraído. Al recuperar e integrar el plástico en la mezcla, eliminó la necesidad de reciclar el plástico y ahorró tanto el coste financiero como el ambiental de la extracción de árido virgen.

Otros expertos en medio ambiente prestan especial atención a cómo las innovaciones de este tipo pueden dar lugar a grandes avances en la protección del medio ambiente y a observar qué empresas podrián beneficiarse.

Intentamos ver con optimismo el futuro, las iniciativas que se toman, las investigaciones que se llevan a cabo, pero la solución a todo el problema que hemos generado puede llegar tarde. Sólo pensar que el crecimiento proyectado del consumo y su impacto en el Año 2050 en los océanos harán que contengan más plásticos que pescado (en peso), y toda la industria de plásticos consumirá el 20% de la producción total de petróleo, nos hace ser pesimistas.

Las cifras aportadas son aterradoras, son cifras que nos tienen que concienciar sobre la vida que queremos dejar a nuestras futuras generaciones, sobre el impacto y la huella medioambiental que estamos creando, y pensar que no estamos solos que el futuro es de nuestros hijos y debemos ayudarlos a que tengan una vida mejor.

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